Por: Syed Zafar Mehdi

Irán inauguró este jueves 22 de julio una terminal petrolera en el mar de Omán, sin pasar por el estrecho de Ormuz, en un movimiento estratégico para neutralizar el impacto de las sanciones estadounidenses sobre los envíos de petróleo iraní al extranjero.

El presidente iraní, Hassan Rouhani, calificó la nueva terminal petrolera como un "paso importante" para su país afectado por las sanciones y dijo que "asegurará la continuación de nuestras exportaciones de petróleo".

"El primer envío de 100 toneladas de petróleo crudo se está cargando hoy fuera del estrecho de Ormuz", señaló Rouhani durante la ceremonia de inauguración. "Esto muestra que las sanciones de Estados Unidos (a Irán) han fracasado".

El tan esperado proyecto de 2.000 millones de dólares, que permitirá a Irán exportar petróleo directamente del mar de Omán, se había enfrentado a impedimentos y retrasos debido a las sanciones impuestas por la anterior administración de EEUU.

Rouhani aseguró que Teherán tiene como objetivo enviar un millón de barriles de petróleo por día (bpd) desde el puerto de Jask, que será una alternativa a la terminal de Kharg dentro del estrecho de Ormuz.

La nueva instalación en la costa de Makran, equipada con tres gasoductos, puede exportar crudo pesado, crudo ligero y condensado de gas, según los funcionarios.

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Esta es la primera vez en los 110 años de historia de la industria petrolera de Irán que las exportaciones de petróleo se realizarán fuera del estrecho de Ormuz, según el ministro de Petróleo, Bijan Zanganeh.

El oleoducto recién construido se extiende desde la terminal petrolera de Goureh, en la provincia suroccidental de Bushehr, en Irán, hasta la terminal de Jask, sin pasar por el estrecho de Ormuz, un canal estrecho a la entrada del golfo Pérsico, que ha sido escenario de frecuentes enfrentamientos entre las fuerzas navales de Irán y Estados Unidos.

Casi un tercio del comercio mundial de petróleo pasa por este canal (Ormuz) y los envíos se mueven desde Oriente Medio a Asia, Europa, América del Norte y más allá.

Las obras del oleoducto de 100 km y la terminal petrolera en Jask, llevadas a cabo por el Ministerio de Petróleo de Irán, comenzaron en junio de 2020, en un momento de intensas tensiones entre Teherán y Washington.

Rouhani, cuyo segundo mandato finaliza en dos semanas, había prometido ponerlo en funcionamiento antes de dejar el cargo.

El presidente saliente también lanzó un comentario crítico al Parlamento, controlado por los conservadores, con el que ha mantenido una relación difícil desde el año pasado.

El mandatario aseguró que su administración hizo todo lo posible para que se levantaran las sanciones de Estados Unidos, pero la ley aprobada por el Parlamento iraní el año pasado creó obstáculos en su camino.

"Si la ley del Parlamento no nos hubiera detenido, habríamos levantado las sanciones casi antes de Nowruz (el año nuevo iraní el 21 de marzo)", indicó, refiriéndose a la ley que pedía aumentar el enriquecimiento de uranio al 20%, como contraataque a las sanciones de Estados Unidos.

La administración reformista de Rouhani se había opuesto inicialmente al proyecto de ley del Parlamento, pero tuvo que implementarlo después de que se convirtió en ley, lo que aumentó las tensiones tanto en el país como en el extranjero.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.